La mayoría de veces cuando las personas empiezan su rutina
de entrenamiento se cuestionan al momento de llegar el fin de semana. ¿será que
puedo tomar alcohol?
Empecemos viendo que el aporte nutricional del alcohol es de
0%. El alcohol etílico por si solo es un agente toxico para nuestro cuerpo. Existen
distintos tipos de bebidas alcohólicas: cerveza, whisky, tequila aguardiente entre
otras, unas más fuertes que otras.
El aporte calórico que tiene el alcohol es alto, entre más
fuerte es la bebida alcohólica el aporte en Kcal es mayor; el aporte calórico promedio
que tiene el alcohol es de 7 Kilocalorías por gramo.
El alcohol al momento de ingresar a nuestro cuerpo es rápidamente
absorbido por el intestino delgado, para después ser metabolizado en su mayoría
en el hígado, pasando el restante a los riñones, piel (transpiración) y a la respiración.
Además de la resaca, el rival más fuerte que tiene el
entrenamiento muscular es el aporte calórico que tiene el alcohol, porque después
de una semana ardua de ejercicios y de quemar muchas calorías, estas las vas a
volver a ingerir rápidamente en una reunión casual con tus amigos.
En la mayoría de estas reuniones cometemos el gravísimo error
de ingerir comidas altas en grasas y carbohidratos como son las papas fritas,
chorizos, snacks, etc… Este tipo de comidas acompañadas de alcohol son una
fuente altísima de calorías, exponiendo a altos riesgos nuestra salud.
![]() |
Alteraciones del hígado |
Veamos que sucede cuando hacemos está fatal combinación: cuando
ingerimos alcohol, el órgano principalmente afectado es el hígado ya que este
se exige para metabolizar y eliminar este toxico del sistema. Debemos tener en
cuenta que el hígado también se encarga de metabolizar la grasa, pero si este
se encuentra ocupado eliminando el alcohol (por prioridad) no va a metabolizar
esa grasa consumida, quedándose adherida a las paredes de nuestro hígado, de ahí
pasando a nuestras arterias y demás órganos, produciendo grasa visceral, esta
es la grasa que se adhiere en los distintos órganos debajo de la pared muscular
del abdomen, ocasionando en los órganos vitales un crecimiento en su tamaño, inflamación
y mal funcionamiento como pasa en el caso del hígado graso.
La recomendación es abstenerse de ingerir este
tipo de bebidas, pero si eres una persona muy activa socialmente, puedes
ingerir con moderación bebidas que tengan menor porcentaje etílico, como Vino y
Cervezas ligeras. Por ejemplo, las Cervezas ligeras tienen alrededor de 80 –
100 calorías aproximadamente, mientras una normal puede llegar a tener de
150-200 calorías. Y otra recomendación muy importante es tratar de ingerir
alimentos bajos en calorías, como un filete de pescado o un lomo fino, antes de
la ingesta alcohólica para no saturar al organismo.